lunes, 13 de mayo de 2013

La realidad de la fiscalidad en España

Cada vez es más frecuente escuchar que hay que bajar impuestos, bajo la equivocada visión de que la carga impositiva en España es de las más altas de la Unión Europa.

Echemos un vistazo a las distintas presiones fiscales de los países (Datos Eurostat 2012):

 
Como vemos España es uno de los países con menor presión fiscal efectiva de la UE.
 
Estos datos son los ingresos fiscales respecto del PIB, con lo que no recoge dos elementos significativos:
 
  1. No recoge, como es obvio, los ingresos por economía sumergida, lo que puede dar lugar a que aunque los tipos impositivos en España sean altos, no son realmente los efectivos, todo ello con el añadido de las innumerables deducciones.
  2. No establece cómo se reparte la carga impositiva dentro de todos los contribuyentes.
 
Cuales son las principales características del sistema impositivo español:
 
  1. Es insuficiente como demuestra el constante déficit público desde el inicio de la crisis. Se estima que se necesita un crecimiento de entorno al 3% para equilibrar las cuentas.
  2. Es injusto porque recae principalmente sobre las rentas del trabajo, y sobre los beneficios empresariales de las pequeñas y medianas empresas, que al carecer de medios de elusión, evasión y deducciones, soportan la mayor carga fiscal, frente las rentas del capital (con tipos más reducidos que los del trabajo), las grandes fortunas (SICAV, paraísos fiscales), y las grandes empresas (deducciones y paraísos fiscales)
  3. Ineficiente, a pesar de mostrar altos tipos nominales, la recaudación es inferior debido a la alta economía sumergida, que se achaca según el sindicato de Inspectores Fiscales a las grandes empresas y fortunas. Se estima un fraude de unos 100.000 millones de euros (10% del PIB)
 
De este modo, y bajo las premisas anteriores, es hora de hacer una reflexión respecto de la necesidad de hacer una reforma a fondo del sistema fiscal español, si queremos mantener nuestro estado del bienestar, que conviene decirlo, aún no es comparable al de otros países de la UE.
 
No se pueden tolerar tantos recortes que están dejando nuestro estado del bienestar en niveles de Europa del Este, sin antes hacer una reforma a fondo del sistema fiscal español, para hacerlo suficiente, justo, y eficiente.
 
 
 

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