Para quienes nos adjudicábamos alguna conexión con la tradición keynesiana, éste es un momento de triunfo, después de que nos dejaran en el desierto, prácticamente ignorados, durante más de tres décadas. En un nivel, lo que está sucediendo ahora es un triunfo de la razón y la evidencia sobre la ideología y los intereses.
Joseph E. Stiglitz. Premio Nobel de Economía
Vivimos momentos de gran incertidumbre económica, estamos viendo cómo el sistema económico de los últimos 30 años está en profunda cuestión. La confianza de la gente a lo largo del globo en el sistema económico ha quedado profundamente quebrada a la velocidad que quebraban o desaparecían bancos y empresas de ambos lados del Atlántico, otrora cúspides del sistema vigente -Merrill Lynch, General Motors, étc....-, y más allá de los recelos éticos que siempre han existido en no pocos ciudadanos respecto del sistema vigente.
El sistema económico no es una entelequia que viene determinada por principios científicos e instrumentales o por un ente ajeno a la voluntad de los hombres, sino que es una construcción social para satisfacer las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos, y tan plástica como la voluntad de los mismos. Desde esta perspectiva, el sistema vigente hasta ahora está en cuestión.
El sistema vigente se fundamentaba en varios principios, entre ellos han dominado el individualismo, el materialismo y la ambición extrema, desconociendo realidades como que el individualismo extremo, en un sistema en el que se convive en sociedad, es un contrasentido, al igual que el materialismo extremo que conlleva la cosificación de los hombres ignorando valores como la ética, los derechos humanos, y la concepción del hombre como persona, insustituible, y dotada de una riqueza intrínseca, por encima de la riqueza que pueda tener, o lo útil que pueda ser, puede degenerar en la enajenación humana, y la deshumanización. La ambición extrema, que ignora el valor de vivir en una comunidad, de disfrutar compartiendo, y de la necesidad de tener presentes unas normas éticas que nos aparten de la esclavitud, del sometimiento, del engaño, de la falsedad, y del endiosamiento.
En este pequeño ensayo, es una reflexión sobre los últimos 30 años de políticas económicas causantes de la situación actual, en el que se ha demostrado que el modelo económica ha devenido en ineficiente económica y socialmente, y que debe ser objeto de revisión, más allá del conformismo que pueda afectar a los que menos sufren o han sufrido la deriva del sistema. Este conformismo no puede ocultar la crisis sufrida y las consecuencias sociales sufridas, y no nos puede llevar a renunciar a la humana aspiración de dejar un mundo mejor a nuestros hijos.
El optimismo, no nos debe anular la capacidad crítica y la aspiración de mejora, porque todo optimismo interesado puede servir de excusa para el inmovilismo, renunciando al necesario replanteamiento de los problemas y la búsqueda de soluciones. La acción de los hombres les ha llevado al progreso, ser optimista respecto de que siempre que llueve escampa, nos habría llevado a seguir dependiendo de la coyuntura, renunciando incluso a nuestra libertad transformadora y al progreso.
El conformismo derivado de nuestro actual "bienestar", pronto puede devenir en un profundo malestar generalizado si no tomamos de nuevo las riendas de nuestro presente y futuro.
Este es un pequeño ensayo para abrir un profundo debate sobre el pasado, presente y futuro de la economía.
La mayoría de los datos económicos y gráficos han sido obtenidos de la amplia enciclopedia de Internet.
Se han escogido datos principalmente de los Estados Unidos de América, ya que como primera potencia mundial, ha ido marcando el paso del resto de los países desarrollados en materia económica.
La deriva del mercado desmitificada
Donde hay fuertes y débiles, la libertad oprime y la ley libera
Félicité Robert de Lamennais.
La definición clásica de un mercado perfecto, entendido como el ideal funcionamiento del mismo, es aquel que cumple los siguientes requisitos para una correcta asignación de los recursos a través del precio y cantidades. Éste se caracteriza por las siguientes notas:
- Ilimitado número de oferentes y de demandantes. Lo cual supone la necesidad de la existencia de un elevado número de oferentes y demandantes, en la que la decisión individual de cada una de estas partes ejercerá escasa influencia sobre el mercado global.
- Igual “calidad” de los demandantes y oferentes, de tal modo que ninguno acumule un poder de compra o un monopolio de oferta que sus decisiones distorsionen el mercado influyendo en las cantidades y precios.
- Igualdad en los bienes y servicios ofertado, por lo que al comprador le sería indiferente un vendedor u otro. La homogeneidad del producto supone que no existen diferencias entre el producto que vende un oferente y el que venden los demás. El producto de cada empresa es un sustitutivo perfecto del que venden las demás empresas del sector.
- Las empresas y los consumidores deben tener información completa y gratuita para la adopción de sus decisiones
- No haya barreras de entrada o salida al mercado, de tal modo, que se puedan crear y abandonar empresas e inversiones.
- Las decisiones de inversión, producción y consumo se toman de forma racional.
Estos han sido los principios en los que se ha fundamentado el mercado para defender la eficiente asignación de los recursos.
Hoy en día, en un estado muy avanzado de la economía de mercado, conviene reflexionar sobre los principios ideales sobre los cuales se construyó el presente sistema, para contrastarlos con la deriva que el propio sistema de mercado ha llevado al respecto.
De este modo, conviene reflexionar sobre los siguientes extremos, para observar cómo la deriva del propio mercado, dejado actuar por si sólo, precisamente trata de crear condiciones totalmente opuestas a las señaladas:
- Trata de crear monopolios de oferta y de demanda, en base a crear desigualdades basadas en distintos poderes de compra, de negociación, financieras y de posibilidad de inversión.
- Potencia la diferenciación de los productos para convertirlos en exclusivos, mediante la creación de la imagen de marca.
- Actúa con opacidad, negando la información real y gratuita, y manipulando la información a través de resortes tan poderosos como la publicidad, los medios de comunicación, los grupos de presión, y la creación de modas sociales. La economía evoluciona con un alto componente en irracional.
- Se establecen barreras de entrada y de salida debido a las grandes inversiones necesarias para entrar y las consecuentes desinversiones necesarias para salir, todo ello debido a la fuerte desigualdad derivada de la gran acumulación de capital, de los distintos poderes de compra, de negociación, financieras y de posibilidad de inversión, que hacen imposible la libre entrada en unos estándares de competitividad semejantes.
Como todos podemos colegir de la observancia de la realidad más inmediata, el presente sistema tiene como pilares los siguientes principios que cercenan el ideal sobre el que sustenta el sistema:
- Es un sistema que basa su idiosincrasia en la desigualdad, en la búsqueda de estar por encima de los demás, cercenando la igualdad de oferentes y demandantes, promoviendo la acumulación desigual de la riqueza.
- Incentiva la manipulación de las voluntades de oferentes y de demandantes.
- Busca exacerbar el exclusivismo de empresa, marca, producto, consumidor y persona como una nueva forma de identidad individual frente a los estándares sociales.
En el estado actual de este pequeño análisis no es difícil concluir que el sistema de mercado defendido desde las posiciones más liberales de ausencia total de intervención, supone uno de los mayores riesgos para la supervivencia del propio mercado, ya que deriva en el incumplimiento de los principios sobre los que se construye su propio ideario y utilidad.
Como veremos más adelante, las acciones liberales de desregulación del mercado que se han llevado a cabo desde los años 70, han provocado efectos muy dañinos para el propio funcionamiento del sistema cuyas consecuencias ahora están aflorando con toda su virulencia.
Las grandes falsedades sobre la crisis de los 70
El presidente Carter definió el difícil periodo de los 70 de la siguiente manera: “Los setenta fueron una década de confusión económica. Los precios del petróleo crecieron más de 10 veces, ayudando a provocar dos importantes rachas de inflación y la peor recesión en 40 años. El sistema monetario internacional tuvo que hacer una difícil transición de tasas fijas a flotantes [...] fue una década inflacionaria que trajo una mayor incertidumbre...”
Según los analistas de las causas de la crisis se pueden resumir en las siguientes:
- Agotamiento del modelo productivo: la productividad, y los nuevos productos, servicios y métodos se relajan.
- Monopolio de materias primas, con la creación del cartel de la OPEP (1960). La OPEP controla aproximadamente el 43% de la producción mundial de petróleo y el 75% de las reservas de petróleo. Cártel que reacciona de forma concertada en cuanto a la política de precios ante la inestabilidad del dólar y la inestabilidad política de Oriente Medio. En esta década hubo dos crisis en el precio del petróleo, motivadas por el embargo del petróleo árabe en 1973 -y la decisión unilateral de la OPEP de triplicar sus precios de venta del crudo- estrategia política derivada de la Guerra del Yom Kippur, y por el estallido de la revolución iraní en 1979. Las dos crisis se agudizaron por los desequilibrios básicos del mercado. Ambos desembocaron en un acusado incremento de los precios del petróleo.
- Desvinculación del patrón oro y el consecuente aumento de la liquidez y devaluación del dólar:
En marzo de 1968, Estados Unidos decidió acabar con la pérdida incesante de oro. El remedio que se aplicó consistió en el compromiso de todos los bancos centrales a no comprar ni vender oro en los mercados libres. Esto es, las reservas de oro de los bancos centrales y todo el demás oro del mundo funcionarían en compartimentos estancos, jamás se mezclarían. Así, confiaban,
Los bancos centrales europeos amenazaron con vender gran parte de los inútiles dólares que tenían en sus reservas a cambio de oro, contraviniendo el acuerdo. Así que, el 15 de agosto de 1971, por orden del presidente Richard M. Nixon, el dólar dejó de ser convertible en lingotes de oro incluso para gobiernos y bancos centrales extranjeros. Fue el golpe de gracia al patrón oro.
Durante todo el siglo XIX, con veinte dólares se podía adquirir lo mismo que con una onza de oro. En la primera década del siglo XX se empezó a pervertir el patrón oro y, con sólo veinte años, en 1934, el valor del dólar se había dilapidado de tal forma que hacían falta treinta y cinco para comprar una onza. Cuando, a mediados de siglo, Jacques Rueff abogó por el retorno al patrón oro con la paridad de una onza por setenta dólares, el doble que el cambio oficial en ese momento, se consideró que el precio era ridículamente alto, que no podían pedirse tantos dólares por una simple onza de oro. Pero el valor del dólar respecto del oro siguió cayendo. Hoy, en los mercados internacionales, no bastan 400 dólares para comprar una onza de oro. Es decir, en los últimos cien años, el dólar ha perdido, en términos de oro, el 95 % de su valor.
Esta grande destrucción del dinero se aceleró con la decisión de Nixon de romper el último lazo entre el oro y el dólar. Obviamente, en el mercado predominaron los que quisieron deshacerse a toda prisa de sus dólares para poder comprar activos cuyo valor no se degrade tan rápidamente. El oro, el petróleo y otros activos vieron como su precio se disparaba en dólares. La inflación del dólar llegó a los dos dígitos.
Curiosamente a esto no se le llamó “la crisis del dólar” sino “la crisis del petróleo”.
Como podemos observar las crisis de los 70 y principios de los 80 coinciden con el aumento de la oferta monetaria total (M3), siendo en estos periodos superiores a la media del resto de la serie de 46 años
- Establecimiento de tipos de cambio flotantes, frente a los tipos fijos del patrón oro, que permitieran establecer referencias entre monedas no convertibles sin la necesidad de tomar como referencia el oro, y por tanto soltar amarras respecto del oro para aumentar la oferta monetaria frente al estancamiento.
Las consecuencias de esta crisis rápidamente se pusieron de manifiesto:
- Inflación por aumento de la liquidez, devaluación del dólar, y el monopolio del petróleo que adoptó las medidas para aumentar el precio, lo que provocó una inflación desbocada.
- Altas tasas de interés.
- Al aumentar los costes de producción, y una demanda estancada, se produce una necesaria reducción de los costes: despidos, paro, y disminuyendo la demanda por disminución de la capacidad de compra.
Las políticas adoptadas principalmente por Ronald Reagan y Margaret Thacher, y una mayoría de los dirigentes mundiales fueron las siguientes:
- Destrucción de la fuerza laboral (belicismo antisindical), para que el ajuste de los costes se hiciera vía salario y empleo.
- Disminución de impuestos y de la progresividad del sistema para aumentar las tasas de ganancia y de acumulación de las empresas y los rentas más altas.
- Pasar del capitalismo del bienestar al capitalismo popular, adelgazando el sistema de bienestar y los sistemas de control estatal de la economía.
- Privatización de los bancos centrales.
- Reducción de las políticas redistributivas del estado.
- Liberalización de los mercados
- Altas tasas de interés para controlar la inflación, retribuyendo el ahorro. En un primer momento.
- Reorientación de la forma de creación de demanda, en lugar de vía redistribución de la riqueza y aumento de la renta general, se hizo en base a aumentar el acceso al crédito vía bajada de tipos de interés, una vez que la inflación disminuye por un relajamiento en la inflación de los costes de producción (salarios, materias primas), y el aumento de las tasas de ganancias de los empresarios (bajadas de impuestos, mejoras de la productividad) que a su vez pudieron crear empleo.
- Recortar impuestos a las rentas más altas, mantenido la carga fiscal a la mayoría, generando altos déficit´s públicos que hicieran necesario el adelgazamiento del estado.
- Extensión de esta ideología a los organismos internacionales (Banco Mundial, FMI, OCDE). Condicionando las ayudas a la asunción de esta ideología.
- Gran impronta ideológica neoconservadora, mediática y cultural, buscando la uniformidad ideológica, desde el fin de las ideologías, al fin de la historia; preponderancia de USA, religiosidad no tolerante (medio para demonizar otras religiones y culturas, en especial la musulmana), de lo económico, de lo militar (y el consecuente belicismo mercantilista y uniformizador), todo ello como reacción a los consensos de la postguerra mundial (organismos internacionales incluidos el Banco Mundial y el FMI, ONU, derechos humanos, economía controlada por las democracias, pacifismo, e internacionalismo), y los avances de los años 60 (ecologismo, feminismo, pacifismo, libertad sexual, secularismo, derecho a ser libre de pensamiento y de expresión artística).
Como podemos observar, la crisis de los 70 fue aprovechada por los partidos neoliberales-conservadores, que lejos de incidir en sus verdaderas causas (exceso de oferta monetaria, caída de la productividad, junto con el monopolio de las materias primas petrolíferas), se preocupó de reequilibrar el sistema a costa de la fuerza laboral y de la redistribución de la riqueza, a fin de aumentar las ganancias empresariales y de los grandes capitales, amén de una impronta ideológica en otros ámbitos que ha durado en países como Estados Unidos, hasta la época de George Bush Jr.
A todas luces la salida no fue un óptimo de pareto donde todos ganaban por igual, sino que se balanceó el sistema económico nacido de
Por lo tanto, no fue una salida real de la crisis, sino que fue simplemente una salida no óptima de la crisis, puramente ideológica o política, y en servicio de unos determinados intereses, pudiendo interpretarse perfectamente esta salida como un aplazamiento en la resolución de las causas de la crisis, tomando como atajo un reajuste en los costes laborales y asistenciales, en pro de la iniciativa empresarial y los grandes capitales y rentas.
De hecho hoy, más que nunca tenemos suficientes referencias para observar que el monopolio de las materias primas energética se mantiene, y que el aumento continuado de la oferta monetaria ha provocado nuevas alzas de precios en las materias primas, y en los mercados de inversión, cuya cuestión analizaremos más adelante.
La desigualdad creciente
"Adiós clase media, Adiós"
Titular de El País -suplemento Negocios 31-5-2009.-
En los últimos treinta años la desigualdad en Estados Unidos ha ido creciendo de manera grave, los últimos estudios afirman que el 10% de la población más rica de ese país acapara el 50% de la riqueza nacional, situación que no se producía desde el año 1928.
La igualdad social en Europa, ha descendido a niveles de hace una década, poniendo de manifiesto la deriva continua hacia una mayor desigualdad social.
El 80 % de la población mundial no puede satisfacer apenas sus necesidades básicas, mientras que el 20% consume por encima de sus necesidades.
Sólo hay dos países que se acercan a una igualdad óptima, Dinamarca y Japón.
La desigualdad social, a parte de los problemas éticos y de conflictividad social que supone, tiene un gran efecto de desequilibrio del sistema económico.
Ahondando en el análisis histórico de la realidad de la desigualdad, observemos los siguientes gráficos:
Índice de GINI que mide
Índice de GINI que mide
Evolución por percentiles (del más alto al más bajo) en EE.UU.
Evolución de los Ingresos de la familia media en Estados Unidos
Índice de GINI que mide
Índice de GINI que mide
De los gráficos anteriores se pueden sacar la conclusión siguiente: la desigualdad en los países desarrollados se ha incrementado notablemente en los últimos 30-35 años si se excluye a China en el cómputo para la comparación entre países (que no tiene en cuenta el nivel de desigualdad interna).
La incidencia de las políticas económicas que se convirtieron en moda, autodenominadas liberales, des-reguladoras, de la oferta, llevadas a cabo por Ronald Reagan, Margaret Thacher, y sus precursores como son Richard Nixon, y Freedman, y seguidas en mayor o menor medida por todo occidente, han generado en las últimas décadas un aumento importante de la desigualdad mundial, e interna en todos los países.
Esta situación contrasta con la senda de aproximadamente 30 años de crecimiento económico que hemos vivido a excepción de la crisis de 1992 y 1993. Por lo tanto se ha creado mucha riqueza (los niveles de productividad han sido los más altos desde los años 60) pero se ha distribuido de una forma muy poco equitativa, aumentando progresivamente las desigualdades.
Ahora pasemos a teorizar sobre las consecuencias de la desigualdad creciente.
Teoría de la Propensión Marginal al Consumo Decreciente
Una forma de ver la actual situación internacional es pensar que estamos padeciendo una paradoja de ahorro a escala mundial: por todo el mundo, las cantidades que se quieren ahorrar, superan a las que las empresas están dispuesta a invertir
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía
La ley de la propensión marginal al consumo decreciente, supone que un aumento de la renta se transforma en un aumento del consumo en proporción cada vez inferior a dicho aumento de renta. De este modo, un sistema no igualitario supone un aumento de las tasas de ahorro y un perjuicio para el consumo.
La presente teoría se fundamenta en aplicar las teorías de los marginalistas y neoclásicas a un elemento que Keynes no se atrevió a aplicar, creyendo que la propensión marginal al consumo es constante.
Los datos presentes son supuestos sin valor estadístico, pero se han usado como ejemplo para poner de relieve lo que queremos demostrar.
Pongamos un ejemplo. Supongamos un país con dos sujetos, la renta total del país es de 4200 unidades repartidas de dos formas:
a) Que el 50% de la población acapare el 76% de la renta del país.
b) Que el 50% de la población más rica acapare el 64% de la renta del país.
La representación gráfica de la ley de propensión marginal decreciente del consumo sería el siguiente:
Establecemos una tabla de acuerdo con lo señalado por la ley de la propensión al consumo decreciente:
De este modo, en el supuesto a) tendríamos esta consecuencia económica global respecto del consumo y del ahorro:
Y en un sistema más igualitario, como representa la opción b) tendríamos una consecuencia económica global respecto del consumo y del ahorro de este modo:
Como podemos observar, una distribución más igualitaria de la renta (caso b) supone un aumento de la tasa de consumo y por tanto de crecimiento económico, mientras que una desigualdad mayor supone menor consumo y mayor ahorro (caso a).
Este esquema está basado en los siguientes principios:
· Las personas tienen sus necesidades básicas satisfechas (comida, agua, alojamiento, educación).
· Racionalidad de los sujetos, ajenos a la influencia de los mecanismos sociales de consumo como son el consumismo promovido por la publicidad, las tendencias esnobistas, los mecanismos de la imitación, y de competitividad social-materialista, consecuencia de una psicología, o educación social basada en la competitividad intersubjetiva, aprendida e inculcada por el propio sistema.
· Utilidad marginal decreciente de los bienes que determina la curva de demanda, cuanto mayor número de elementos de valoración económica menor satisfacción se obtiene por la adquisición del último y por lo tanto menos disponibilidad para pagar las mismas cantidades de dinero que el anterior.
· Se es consciente del siguiente mecanismo de desvalorización de los bienes, los bienes una vez adquiridos tras la satisfacción inicial pierden valor y el entusiasmo es reconducido hacia aquellos de los que se carece, siendo consciente que la operación absurda se repite. Ya no opera el consumismo y se puesta por un consumo racional.
· Se es consciente de que los bienes de lujo a lo largo del tiempo pasan a ser compartidos por la generalidad, y por lo tanto dejan de marcar el carácter exclusivo de quien los adquiere, buscando nuevos bienes para señalar su distinción. Siendo consciente de que la operación absurda se repite. Ya no opera la competitividad materialista.
· Se es consciente de la necesaria libertad individual por encima de los cánones sociales de consumo y modas establecidos. Ya no opera la imitación.
· La satisfacción decreciente de los bienes determina lo absurdo de la competencia materialista entre los individuos. De este modo, el materialismo es la consecuencia de una psicología, o ecuación social basada en la competitividad inter-subjetiva, aprendida e inculcada por el propio sistema.
De este modo, el esquema propuesto ataca las irracionalidades del sistema de valores actual que basa en el consumo irracional, la felicidad del individuo en la vida en sociedad mediante el acaparamiento por encima de sus semejantes del mayor número de bienes, en lugar de buscar satisfacciones más internas y reales como son la libertad de elección y el desarrollo de la persona que no requieren de bienes y que producen igual o mayor satisfacción vital.
En momentos de crisis, es decir, en aquellos momentos en que dispone de menor nivel de renta, o el miedo a dicha circunstancia, todos los artificios sociales consumistas quiebran por la inconsistencia e irracionalidad de los mismos, reconduciendo su planteamiento a situaciones mucho más reales y acordes a la racionalidad de consumo, lejanas del enajenamiento material.
Hay que señalar que quizá son las sociedades más opulentas y consumistas las que ven ante una situación de crisis, y el alto nivel de consumo superfluo, como sus niveles de consumo interno más se desvanecen, no siendo un buen preludio para el propia sistema que incentiva estas situaciones.
Siendo así, el modelo propuesto es la base del sistema real de consumo, o el mínimo común divisor del mismo sobre el que se construye el sistema, despojado de toda influencia irracional que irremediablemente quiebra, por estar atacando continuamente la racionalidad, la felicidad vital del individuo, y la libertad individual.
Esta propuesta no ataca la necesaria mejora material del individuo (ya el consumo crece al crecer sus niveles de renta) sino que pone en cuestión el dirigismo de tal mejora, y pone de relieve las renuncias a su libertad y a su tiempo, en favor de unas necesidades materiales inflacionarias, irracionales, creadas, que requieren de financiación ajena, y la postre insatisfactorias y esclavizantes.
Como hemos podido ver, un aumento de la igualdad se traslada inmediatamente a un aumento del consumo, mientras que un aumento de la desigualdad supone una merma al crecimiento del consumo. Cuestión que debería ser tenida en cuenta a nivel mundial, habida cuenta el nivel de desigualdad existente, y la crisis que nos golpea.
Este detrimento del consumo supone una gran merma en el sistema que acaba por desequilibrarse, ya que el sistema produce bienes, gracias al capital o a la inversión generada por el exceso de ahorro, que la población más depauperada es incapaz de adquirir, una vez que ha agotado su capacidad de endeudamiento, cuestión que comentaremos más adelante.
En el marco de sistemas desiguales, el exceso de ahorro respecto de las posibilidades de consumo, supone que se genera mayor inversión en producción de bienes, aumentando su capacidad, pero es una inversión que tiene cada vez menos destinatarios por darse en el marco de sociedad en empobrecimiento creciente, o supone que dicho capital se dirija a especular sobre aquellos bienes que por tener una demanda más inelástica, como los bienes de primera necesidad (alimentos, alojamiento). Teniendo en los consumidores como consecuencia un racionamiento de bienes básicos y una disminución de consumo, una vez se agotan las posibilidades de la compra financiada, o bien, que dicho capital se reorienta a generar mecanismos de rentabilidad ficticios.
De lo anterior podemos sacar las siguientes conclusiones:
- La desigualdad genera menor capacidad de consumo y elevada tasa de ahorro concentrada en unas pocas manos.
- Ante la menor capacidad de consumo de la gente en general se dispara la necesidad de crédito para mantener el crecimiento y una necesidad creciente de consumo, hasta que es insostenible por la incapacidad de endeudamiento superior, o porque los precios se han disparado.
- El alto volumen de capital excedente en manos de unos pocos provoca movimientos especulativos bruscos y rápidos, especulación que se dirige contra bienes de primera necesidad, o instrumentos de especulación pura (por ejemplo los derivados financieros).
- La libertad de movimiento del capital frente a la limitación de la circulación de personas opera mediante el empobrecimiento sucesivo de las personas a favor de los capitales y de sus propietarios.
Endeudamiento creciente
Antes de hacer las necesarias reflexiones observemos los datos de endeudamiento de Estados Unidos:
Ahora observemos el componente principal del aumento de la deuda:
Como hemos podido observar la deuda alcanza en estos momentos niveles superiores a los existentes en 1929, y como fácilmente se puede inferir del segundo gráfico los tres principales causante del aumento de la deuda son a consecuencia del aumento del endeudamiento familiar, del aumento de la financiación para la adquisición de inmuebles y del aumento del nivel de apalancamiento de las empresas.
El aumento del endeudamiento se inicia a finales de los años 70 y principios de la década de los 80. Estados Unidos necesitaría más de tres años de la producción de todo su país para pagar las deudas actuales (sin incluir el gran endeudamiento público derivado de los planes de rescate y anti-crisis adoptados por el gobierno norteamericano).
Con observar las cifras, se puede fácilmente deducir la realidad de lo afirmado en el anterior apartado, respecto que el aumento del consumo se ha visto impulsado por la financiación más que por aumento de la renta disponible de sus ciudadanos. Volvemos a repetir el gráfico de la evolución de los ingresos de la familia media:
La conclusión en este punto es evidente, ante la falta de riqueza propia, y ante el aumento de la desigualdad, las familias medias y de menores rentas recurren al crédito con la finalidad de mantener y aumentar el consumo.
Inflación de precios en productos y bienes de inversión o especulativos
Otra consecuencia que tiene el presente aumento del nivel de endeudamiento, y de desigualdad, es que, ante el aumento de la liquidez (ahorro) del sistema puesto en circulación mediante las instituciones financieras, bancos centrales (mediante la bajada de tipos de interés), y gobiernos (destrucción del patrón oro), se produce una escala de precios en determinados bienes con una oferta inelástica, observemos algunos ejemplos.
Evolución de los precios de la vivienda en Estados Unidos
Evolución del precio del petróleo deflactado
Nos preguntaremos que por qué sin embargo no ha habido inflación, entendida como la evolución del índice de precios al consumo. En este punto, el aumento de la productividad derivado de las nuevas tecnologías tiene un efecto de reducir los costes, permitiendo producir más con el mismo o menor coste, habiendo un aumento de los márgenes sin necesidad de aumento de los precios, y dando incentivos para una mayor competencia. Situación que quiebra ante una deceleración del aumento de la productividad.
Situación que no sucede con aquellos bienes con oferta inelástica (mercado inmobiliario, recursos naturales, mercado de capitales).
Evolución del Dow Jones Industrial en la Bolsa de Nueva York
Número de veces que el precio de una acción del Dow Jones contiene los beneficios de la participación en el capital
Como podemos observar desde los años 80 se ha producido un ascenso en el índice Dow Jones, cuyo verdadero cambio sustancial a tener en cuenta, a parte del ascenso, es el aumento del volumen de negociación, lo cual evidencia que parte del exceso de ahorro fue a parar a este tipo de mercados. Lo cual tuvo como consecuencia que los precios de las acciones (PER), medido en las veces que el precio contiene la alícuota del beneficio alcanzara niveles muy superiores a los del crack del 29, preludio de
Los beneficios financieros aumentaron de forma notable, evidenciando el efecto de financiarización de la economía (la economía no se centra tanto en producir bienes y servicios tangibles, sino en gestionar el ahorro mediante inversiones financieras), es decir, la economía y la inversión ha preferido lo financiero a la economía real, porque esta primera ofrecía mejores retornos que la economía productiva.
Pero debido al alto nivel de acumulación de capital, fue necesario generar nuevos instrumentos de inversión como los derivados, creciendo de forma espectacular los niveles, hasta superar en ocho veces el PIB mundial.
Las tendencias especulativas han ido variando a lo largo del tiempo, si bien la inversión en bolsa ha sido una constante, ese exceso de ahorro se ha ido alternando en distintos mercados: inmobiliario, materias primas, derivados, y petróleo fundamentalmente, constando la plasticidad del ahorro de entrar en los mercados, inflarlos, arrasarlos y buscar alternativas sin solución de continuidad, hasta que, como veremos más adelante, esta espiral se detiene cuando se ha especulado con un bien sobre el cual se ha construido el aumento del endeudamiento generalizado (inmuebles) gracias a una política monetaria, y una arquitectura financiera ignorante de estas situaciones.
El endeudamiento creciente sirve, además de para mantener el nivel de consumo, sirve igualmente para mantener y aumentar el nivel de precios, adelantando los precios del futuro al presente, ya que se utiliza la ilusión de riqueza financiera, debida a la posibilidad de obtener créditos con garantías sobre estos bienes de inversión, para comprar de nuevo estos bienes, haciendo que suban, y que generen nuevas posibilidades de apalancamiento, la euforia se desata, hasta que llega un momento en el que los precios han alcanzado tal nivel que se convierten en bienes prohibitivos para la mayoría de la gente, y los niveles de endeudamiento son tan grandes que es imposible seguir expandiéndoles sin caer en la imprudencia de otorgar créditos a insolventes, habiendo superado todos los niveles de prudencia en la valoración de los riesgos, situación que lleva en un primer lugar al estancamiento de los precios y del crédito, y después a una caída, dando lugar al pánico.
De este modo, al igual que el retroalimentado crecimiento de los precios por aumento del crédito, la caída de los precios produce el efecto contrario, la retroacción del crédito, ya que los bienes que se utilizan como garantía de los mismos cada vez garantizan menor capital.
Al bajar la posibilidad de obtener crédito, o de hacer líquidos sus bienes, ya que ni se venden por su alto precio, ni pueden ser objeto de garantía fiable por su valor volátil o descendente, el sistema sufre una grave crisis de liquidez.
La piedra angular del sistema no está en la ilusión financiera de la facilidad del crédito para mantener el consumo, sino la renta real disponible para que las personas puedan seguir consumiendo sin deteriorar su posición financiera, y siempre dentro de sus posibilidades de sus niveles de riqueza. Cualquier alternativa a este principio supondrá un progresivo deterioro financiero de las familias y del sistema.
Hagamos una precisión, estamos hablando del crédito dirigido a la compra de bienes no productivos que no generan trabajo una vez obtenidos, no generan riqueza real al margen de la especulativa, ni generan outputs a la sociedad (posibilidad de ofertar bienes o servicios). Es gasto puro con intención especulativa, no es inversión productiva. De este modo, dejamos al margen de esta crítica el crédito para inversión productiva, para la creación de empresas o negocios, cuyo apalancamiento siempre tendrá que estar acuerdo con el riesgo dispuesto a asumir y rentabilidad obtenida.
Observamos además el carácter pro-cíclico del sistema financiero, situación que debe ser observada por las nuevas improntas reguladoras, y que ya fue observado por el Banco de España, obligando a las entidades bancarias a establecer provisiones anti-cíclicas, es decir, obligando a los bancos a ahorrar en los momentos de bonanza económica para tener reservas ante una coyuntura desfavorable.
Podemos utilizar gasolina prestada para avanzar, incluso recalentar el motor o poder abastecer un motor de mayor cilindrada, y hacer negocio alternativo con el préstamo de gasolina, pero esos préstamos tienen un límite, y llega el momento en el que nos falta la gasolina para el motor, y el motor se para, entonces podemos llenar de nuevo el depósito a rebosar pero el motor no arranca sin el motor de arranque, y podemos haber ahogado el motor.
Política Monetaria y Crediticia
Como hemos podido observar se ha producido una elevada inflación en las materias primas, mercados financieros, y bienes de primera necesidad como la vivienda.
Ante esta situación, la política monetaria ha ignorado estas circunstancias.
De este modo, ha habido un grave error en la política monetaria, que lejos de subir los tipos de interés para frenar esta escalada especulativa, desde principios de los años 80 estableció una constante bajada de tipos, fijándose única y exclusivamente en la inflación general de los productos de consumo que a consecuencia de los aumentos de la productividad llevaron una senda relajada.
Se observa como este sistema de intervención económica mediante la política monetaria, ha puesto de manifiesto su inutilidad o su falta de adecuación, ya que tuvo que hacer frente a dos situaciones contradictorias: bajo incremento de precios al consumo; altas tasas de crecimiento de los precios de bienes de inversión y especulación. Esto evidencia que hay un problema estructural en el mecanismo de intervención en la política monetaria.
En este punto nos deberíamos de plantear la necesidad de tipos oficiales duales, dependiendo de la finalidad para la que se van a dar esos créditos, diferenciando entre los créditos para consumo final del bienes de consumo, y créditos cuya finalidad sea la inversión especulativa, con exigencia de trazabilidad para el control de las finalidades para las que se emplean los créditos obtenidos. Estableciendo de este modo, diferentes valores para cada uno de ellos a fin de salvar las contradicciones que se han puesto de manifiesto, y la inutilidad de este tipo de políticas por burdas e inadaptables a una realidad económica de evolución de precios contradictoria como la vivida.
Otros de los elementos muy importantes a señalar, es que hemos convivido con un aumento contante de los precios de bienes de inversión con bajos tipos de interés generales, lo cual ha favorecido el aumento del grado de apalancamiento, es decir, el grado de endeudamiento creciente. Así, los precios de los bienes susceptibles de ser ofrecidos en garantía bancaria crecían, y ante esta situación se ofrecieron de forma creciente créditos garantizados o colaterizados sobre estos bienes, aumentando de este modo la masa monetaria total vía crédito puesta a disposición del sistema, situación que provocaba un nuevo aumento de los precios, que ponía de nuevo en marcha este círculo.
De este modo, la oferta monetaria se llegó a disparar con crecimientos exponenciales, que diferían cada vez de manera creciente respecto del crecimiento de los beneficios y el crecimiento industrial. Como consecuencia de esto, el negocio dejó ser la economía productiva de bienes y servicios, pasando a ser la especulación el verdadero negocio, llevando la economía a la financiarización de la misma.
Pero la gran pregunta, es por qué no hubo otra política monetaria. La respuesta es que ante tan altas tasas de desigualdad, y de congelación de las rentas de las clases medias y bajas, para mantener el consumo de la mayoría, era necesario ofrecer facilidades crediticias para mantener y aumentar el consumo y evitar la recesión, es decir, una política crediticia que mantuviera la capacidad económica que le era negada por la vía de la renta real disponible. De este modo, se llegaron a ofrecer créditos a personas insolventes, el grado de endeudamiento creció, hasta que las posibilidades reales de endeudamiento y de consumo de bienes cada vez más caros (crisis alimentaria, altos precios de la vivienda, alto precio del petróleo) llegaron a su cénit.
La economía financiera es profundamente pro-cíclica, otorga crédito, y genera subidas de precios, cuando la economía real (salarios y rentabilidades empresariales) son crecientes y puede afrontar esos precios y permite devolver los créditos, pero llega el momento en el que los precios o los créditos hacen que sean inasumibles (en gran parte por el componente especulativo), es entonces, cuando los precios se estancan o empiezan a bajas, y es cuando se produce la gran estampida del capital sobre estos bienes, provocando mayores bajas, restricción del crédito para la compra de los mismos (es como intentar coger un cuchillo cayendo, te puede cortar), y los créditos que tenían como garantía esos bienes pierden su calidad, deben ser provisionados (incluir como gasto las bajadas de precio) restringiendo aún mas la capacidad crediticia y por tanto la liquidez.
Políticas de Financiarización de la Economía
“Esta ha sido la década de las burbujas. Hemos visto la burbuja tecnológica, la inmobiliaria, la de crédito y ahora la de commodities.”
Febrero de 2008 David Nelly, Jefe de Fondos de JP Morgan
Durante estos años el capital especulativo ha tenido mayores tasas de retorno y de rentabilidad que las del capital productivo. Observemos, la relación entre los precios de las acciones (riqueza especulativa) frente a los beneficios reales de las empresas del Dow Jones.
Ahora veamos el aumento del peso y la rentabilidad de los beneficios financieros por encima de los reales
Ya hemos visto la escalada de precios de la vivienda, cuya riqueza o valor real es constante, ya que sirven para básicamente lo mismo, pero su escalada de precios, la llegó a convertir no en un bien de utilidad intrínseca, sino en el bien de inversión cuyos pingues es innegable, ya que la persona normal, que vende una vivienda para comprar otra no obtiene beneficio, ya que el aumento del valor de la vivienda que tiene y que vende es absorbido por el valor del alto precio de la vivienda que adquiere.
Por lo tanto la economía productiva mientras desde los años 80 mantuvo una evolución errática, la economía financiera (sin necesidad de grandes controles y sacrificios) siguió al alza hasta alcanzar tasas de rendimiento superiores.
Como consecuencia de lo anterior la conclusión que podemos sacar es que la economía ha sido cada vez más dependiente de la economía financiera ante el crecimiento muy inferior de la economía productiva.
Las políticas fiscales en EEUU, y como consecuencia en el resto de los países, han tenido una evolución que ha primado la economía financiera (compra venta de valores, bienes o títulos) frente a la economía real. Así observemos la evolución de la tributación de las ganancias de capital (las generadas por la simple compra-venta de bienes: valores, bienes de inversión), frente a la evolución de la bajada del tipo marginal general.
Como se puede observar, las ganancias de capital se han mantenido con una tributación siempre por debajo de la tributación general y de la tributación de los beneficios empresariales. Como vemos a continuación, las mayores diferencias se han dado bajo el primer mandato de Reagan y en la llamada época de la globalización de los mercados.
Como consecuencia de este tipo de políticas fiscales, unida a la interconexión de los mercados, gracias a los avances tecnológicos, la libertad de circulación de capitales, y la desregulación de los mercados, se ha generado un fenómeno de globalización financiera en la que por sólo mostrar unos datos, debemos ser conscientes que todos los días se mueven 1,5 billones de dólares y el 90% son movimientos especulativos, no basados en transacciones reales de bienes o servicios, y menos de 5% de los mercados monetarios se refieren a bienes y servicios.
Ante este marco han emergido nuevos productos financieros de inversión para captar dicho capital. Muchos de estos productos –llamados estructurados- empaquetan deuda u otros activos y lo transmiten a otro fondo que lo empaqueta y lo transmiten a otro fondo, que lo empaqueta y lo transmite, en un proceso de titularización ad infinitum, donde como ha ocurrido con la titulización de la deuda hipotecaria de EEUU, ha derivado en que nadie sepa valorar estos productos porque se desconoce lo que contienen.
Los fondos de pensiones, Fondos Soberanos, Fondos de Inversión, Sociedades de Inversión, Bancos de Inversión, Bancos, son los que han manejado el mercado de capitales, como se ha indicado en 1998 tenían en su patrimonio 21 billones de dólares, es decir, el PIB de todos los países desarrollados.
Se crean productos financieros (derivados) sin soporte sobre títulos, bienes o valores reales, es decir, sin subyacente. Pongamos el ejemplo de los Credir Default Swap´s (CDS), que son seguros de impago titulizados, los cuales son un instrumento mediante el cual se apuesta por la incapacidad de una empresa de devolver un crédito, cuanto más posibilidad, mayo valor. Este fue en gran medida la causa de crisis de la empresa de seguros más grande del mundo,
De este modo, no parece exagerado afirmar que lo que se ha producido en el ámbito de la globalización financiera, es la creación de un casino con juegos sin base real cuyas dimensiones hay que destacar, valga sólo unos datos, actualmente la valoración de todos los derivados financieros en manos del sector es 100 veces mayor que el PIB de EEUU, en 2006 el volumen total de derivados ascendía a 270 billones de dólares, es decir, casi 8 veces el PIB mundial.
Como hemos podido ver existe un desequilibrio de tratamiento de las rentas productivas y las rentas del capital o especulativas.
La especulación ha sido el sino de los últimos tiempos, ya que ante bajas tasas de interés a consecuencia de la baja inflación de precios de los bienes normales, los bienes de inversión han ofrecido tasas de rentabilidad que han superado a las de las inversiones productivas.
Es por ello que las inversiones productivas perdieron el interés a favor de las especulativas, por el menor esfuerzo de control y mayor rentabilidad, por cuanto un activo se puede controlar desde un ordenador, cosa muy difícil de hacer en el caso de una empresa.
Economía Productiva vs. Economía Especulativa
Como se ha indicado con anterioridad la economía financiera ha estado primada fiscalmente frente a lo productivo.
Pero además se han adoptado otras medidas estructurales que han incentivado este tipo de inversión frente a
Mientras ocurría todo esto las rentas productivas (empresariales y laborales) han soportado las mayores cargas fiscales para sostener el sistema del bienestar, además de la estructural existencia de mayores dificultades de movimiento, por no hacer referencia a las obligaciones administrativas y regulatorias a las que ha estado sometido.
Como consecuencia de esto el riesgo especulativo ha estado primado frente al riesgo productivo, por la carga fiscal, por la libertad de movimiento, y por la libertad de regulación.
Estas tendencias de-regulatorias, Infra-impositivas, y liberalizadoras, se han producido en todos los países en una carrera para la captación del capital internacional, competencia que se ha demostrado eficaz incluso por encima de la soberanía de los países a favor del capital internacional. Como consecuencia de todo ello, se ha instaurado una competencia de-regulatoria e impositiva a la baja entre los países para atraer al capital volátil, de rápidos movimientos, y de con un peso arrollador por encima de la soberanía de los gobiernos.
Una realidad económica asimétrica (Democracia vs. Mercado)
La crisis global actual es ampliamente peor que la de la década de los 30 porque el sistema financiero y económico mundial es más interdependiente. Este es el periodo más difícil al que se enfrenta la humanidad porque los gobiernos no tienen control. En la década de los 30 lo tenían. Hoy no lo tienen.
Nassim Nicholas Taleb, analista financiero, miembro del instituto de Ciencias Matemáticas de NY, y uno de los gurús más reconocidos en Wall Street
Los intereses de rentabilidad, la globalización, y la de-regulación, amen de la burbuja financiera-crediticia ha revelado un capital unido, mundializado, y con un potencial en recursos y poder muy por encima de los recursos gestionados por los gobiernos. Pongamos por ejemplo que según el Banco de Pagos Internacionales, en 1998, los fondos de pensiones, de inversión, de cobertura, seguros, etc, contaban con un capital de 21 billones de dólares, es decir, más que el PIB de todos los países desarrollados.
La media de presión fiscal de los países de la OCDE, está en torno al 30% del PIB, es decir, que los gobiernos democráticamente establecidos sólo controlan escasamente un tercio de la economía, y es un control limitado ya que sólo gestiona anualmente un presupuesto respecto del PIB generado por los países, pero si hablamos del patrimonio público frente al privado, estas diferencias aumentan casi hasta disolver la capacidad gubernamental, con lo que el capital privado, y no olvidemos que muy concentrado en pocas manos, es el que realmente dirige la economía, muy lejos de la economía mixta propugnada y nacida después de
Frente a este poder, al fin de ejercer el control democrático de la economía, los países se han mantenido fraccionadas en países con capacidad de coordinación imposible por mor de diversos elementos de discrepancia como por ejemplo nacionalismos, conflictos bélicos interesados, estrategias geopolíticas interesadas, política de bloques, que han llevado a la desestructuración de los grandes organismos internaciones de cooperación política, citemos por ejemplo la pérdida de influencia de la ONU, y en nuestro ámbito, la Europa política más allá de la cooperación monetaria.
Esta crisis de la gobernanza global provoca una descoordinación política para implementa medidas de control del capital a nivel mundial, que merma su capacidad legislativa, y por ende la capacidad de la democracia para elegir el futuro de los pueblos.
Las facetas más arrogantes de este poder descontrolado se ha evidenciado en la capacidad de destruir económicamente a los países no alineados en su estrategia, o aquellos que ya no ofrecen ya los beneficios ofrecidos por agotamiento del ciclo especulativo (crisis Asiática, crisis Latinoamericana, crisis Rusa).
De este modo, llegado a un momento crítico como el actual, en el que el propio sistema amenaza con derrumbarse, el capitalismo impone su propio rescate amenazando con hundir el sistema económico y creando desorden social, obligando la descapitalización de los estados, y dificultando las ayudas a la economía productiva, que no olvidemos, en el fondo, es el motor del crecimiento de la riqueza y del empleo real y palpable por los ciudadanos.
Trillones americanos = Billones europeos
Ponemos como ejemplo el plan de rescate financiero de Estados Unidos que asciende a un total de 8,5 billones de dólares, de ellos sólo 700.000 millones se ha dedicado a rebajas fiscales a las clases medias, e inversiones en infraestructuras, energía y educación, es decir, menos del 10%.
Quizá este sea el mayor reto al que las democracias liberales y modernas, nacidas de la revoluciones francesa y americana, se tienen que enfrentar para el mantenimiento de su estructura desde
La Revolución Tecnológica y Ciclo Económico
En primer lugar, recordemos las enseñanzas de Joseph A. Schumpeter:
El proceso de desarrollo, cuya base se encuentra en la actividad de los empresarios innovadores, no acontece de forma uniforme, sino que tiene lugar necesariamente en forma cíclica. Efectivamente, “la alternancia de las situaciones (es decir, el ciclo económico) es la forma que el desarrollo asume en la era del capitalismo ... el movimiento del sistema económico no procede de una manera continua y sin obstáculos. Se verifican, sin embargo, movimientos contradictorios, contragolpes, sucesos de naturaleza muy diversa, que obstaculizan el camino del desarrollo.”
Analicemos más de cerca el desarrollo del conjunto del proceso de crecimiento y desarrollo cíclico:
Fase de auge. La aparición de los primeros empresarios innovadores tiene el efecto de aumentar la demanda de factores productivos determinando un alza en sus precios y de los de los otros productos en cuya obtención intervienen. Los empresarios, para innovar, deben sustraer factores productivos de los canales normales en los que, en el flujo circular, éstos se encuentran utilizados, y esto es posible por la creación de nuevo poder de compra por parte del sistema bancario. En la economía se busca producir más para hacer frente al aumento de demanda, se crea un clima de confianza que hace que el sistema bancario aparezca dispuesto a ampliar la concesión de crédito; se dan condiciones favorables para la aparición de nuevos grupos siempre más numerosos de empresarios que introducen ulteriores innovaciones o imitan las ya introducidas; la euforia general viene, además, incrementada por movimientos especulativos, que en tales circunstancias tienden a verificarse. Se determina de este modo los fenómenos típicos de la fase de expansión acelerada.
Fase de recesión. Después de cierto tiempo, llegan al mercado los resultados del proceso innovativo y del boom que el mismo ha determinado. El valor de la oferta aumenta en mayor medida que el mayor poder de compra creado precedentemente; el incremento particular de cada empresa llega al mercado casi en el mismo período de tiempo, determinando así una tendencia deflacionista. Además, en el mismo periodo, los primeros empresarios innovadores y sus inmediatos imitadores están en condiciones, utilizando los beneficios realizados, de devolver las deudas contraídas con la banca al principio del proceso innovador. La caída de los precios reduce el beneficio empresarial y el estímulo para la inversión e innovación. El proceso expansivo comienza a frenarse y, finalmente, se detiene. Tienen lugar las primeras quiebras de las empresas que no han introducido las innovaciones o lo han hecho con excesivo retraso. Los bancos no están dispuestos a conceder préstamos y, además, exigen la devolución de los anteriores. El sistema cae en una situación de incertidumbre, que dificulta la formulación de previsiones y de oportunas líneas de conducta. Ésta es una fase depresiva que, en los casos más graves, con la incertidumbre degenera en pánico y puede desembocar en crisis.
De este modo, y siguiendo las enseñanzas de Schumpeter, podemos plantear el siguiente esquema del ciclo económico:
Estas enseñanzas fueron capitales a la hora de analizar las causas del crack del 29 tras los felices años 20, donde se desplegaron e incidieron grandemente innovaciones como el ferrocarril, teléfono, automóvil, radio, aviación, étc… Hoy tienen su plena vigencia.
Ahora analicemos la evolución de la productividad de los últimos años:
Como podemos observar tras un crecimiento de la productividad desde 1982, y especialmente desde 1997, se ha producido un declinar que puede justificar fácilmente el cambio de tendencia actual. El momento clave de inflexión de este último periodo fue en 2002 –anunciado en el ámbito bursátil con las caídas de NASDAQ de ese ejercicio-.
Pero es importante destacar, que a pesar de la gran revolución que se puso de manifiesto con las nuevas tecnologías de la información, las tasas de aumento de la productividad no alcanzaron las cuotas de los años 60, cuando se generalizó el uso de las innovaciones anteriores, y otras se abrieron paso: ciencia aplicada (química y física aplicada a la producción), astronaútica, televisión.
Como podemos observar los aumentos de la productividad han sido decrecientes lo cual justifica en parte la presente crisis.
Pero la productividad es un reflejo de la división costes/ingresos, es decir, la capacidad de generar más con menos, o más con lo mismo.
El análisis de esta caída debe enfocarse no en el agotamiento de ahorro de costes por las nuevas tecnologías en general, y las tecnologías de la información en particular, sino por aumento de los costes que se centraron fundamentalmente en las materias primas y las materias primas energéticas.
Como podemos observar, a partir del año 2002 se produjo un ascenso muy importante, cuyo impulso tomó fuerzas mayores a finales del 2006 y principios del 2007, llegando a cuotas superiores a la crisis del petróleo de finales de los 70.
De este modo, debemos concluir que es muy probable que el ahorro de los recursos derivados de las nuevas tecnologías de la información se hayan visto absorbidas por el aumento de los precios de las materias primas, haciendo que los aumentos de productividad hayan sido agotados.
Como podemos observar, este alza del petróleo está plenamente justificada por el aumento de la demanda a consecuencia del desarrollo de economías como
Pero ahora observemos la tendencia a largo plazo del crecimiento de los últimos 80 años en Estados Unidos:
Como observamos la tendencia es bajista, lo cual plantea la cuestión de la capacidad de crecimiento, o la ley de rendimientos decrecientes del crecimiento debido a la productividad decreciente.
Y es por ello que nos debemos plantear si las innovaciones son ilimitadas, si no son cada vez son más costosas, y aunque se producen saltos, cada vez estos tienen menor alcance. O si la limitación material y física de los recursos naturales establece limitaciones al efecto del aumento de la productividad y por ende, al crecimiento económico de los países desarrollados, apuntando techos o limitaciones al desarrollo.
No es una afirmación, simplemente es un motivo grave para una profunda reflexión.
La extinción sería el resultado de la mejor adaptación de ciertas especies sobre otras, sucumbiendo estas últimas durante la competencia por los limitados recursos del medio.
Charles Darwing
El crecimiento económico, y el desarrollo de los países ha sido un paradigma establecido, pero ahora cuestionémonos si es física o material posible.
Reproducimos simplemente un artículo publicado en Wikipedia sobre la huella ecológica (http://es.wikipedia.org/wiki/Huella_ecol%C3%B3gica):
Introducción
La huella ecológica es un indicador agregado definido como «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida».[1] Su objetivo fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, comparado con la biocapacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad.
La ventaja de la huella ecológica para entender la apropiación humana está en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar desde las emisiones de transportar un bien en particular con la energía requerida para el producto sobre la misma escala (hectáreas).
Cálculo
Huella ecológica de diferentes naciones comparada con su IDHEl cálculo de la huella ecológica es complejo, y en algunos casos imposible, lo que constituye su principal limitación como indicador; en cualquier caso, existen diversos métodos de estimación a partir del análisis de los recursos que una persona consume y de los residuos que produce. Básicamente sus resultados están basados en la observación de los siguientes aspectos:
· La cantidad de hectáreas utilizadas para urbanizar, generar infraestructuras y centros de trabajo.
· Hectáreas necesarias para proporcionar el alimento vegetal necesario.
· Superficie necesaria para pastos que alimenten al ganado.
· Superficie marina necesaria para producir el pescado.
· Hectáreas de bosque necesarias para asumir el CO2 que provoca nuestro consumo energético. En este sentido no sólo incidiría el grado de eficiencia energética alcanzado sino también las fuentes empleadas para su obtención: a mayor uso de energías renovables, menor huella ecológica.
Desde un punto de vista global, se ha estimado en
Aplicación y metodologías
El análisis Huella ecológica ha sido aplicado a varios niveles, desde la escala global hasta el nivel hogareño. En este estudio, el componente huella ecológica de Guernsey ha sido calculado y luego usado como una herramienta para explorar la toma de decisiones. Esto ha sido hecho considerando la huella ecológica de pasajeros de viaje, observando datos sobre series de tiempo y el desarrollo de escenarios.
La aproximación componente base, primero documentada por Simmons y Cambers (1998) y luego por Simmons et al., (2000) es un acercamiento diferente a la huella ecológica. En lugar de considerar el consumo de materias primas, este considera el efecto de transporte, energía, agua y desecho. Esta resultó una estructura más simplificada y educativa con mayor significado a nivel regional. Esto es principalmente porque está construido en torno a actividades que las personas pueden razonar y en las cuales ellas participan (tal como la producción de desechos y consumo de electricidad). Simmons y Chambers (1998) calcularon la primera serie de algoritmos capaces de convertir “Uso de Recursos” a “Área de Tierra Equivalente”, titulado “Metodología Eco–índice” (Chambers et al., 2000). El Instituto del Medioambiente de Estocolmo adoptó este acercamiento pionero. En el modelo Componente Base, el valor de la huella ecológica para ciertas actividades son precalculadas usando datos de la región estudiada (Simmons et al.,2000). Con el acercamiento Wackernagel’s, conocido como
Clasificación (años 2003 y 2005) según Global Footprint Network
Según este mismo informe, para el año 2005 se estimó el número de hectáreas globales (hectáreas bioproductivas) por persona en 2,1. Sin embargo, para todo el mundo, el consumo se sitúa en 2,7. Por lo tanto, al menos para este año (y la tendencia es creciente, pues en 2003 la huella ecológica mundial se estimó en 2.23), estuvimos sobre-consumiendo respecto de la capacidad del planeta: estamos destruyendo los recursos a una velocidad superior a su ritmo de regeneración natural.
Aunque la huella ecológica aspira a ser sobre todo un indicador cuantitativo y preciso, sus principales frutos los ha dado como marco conceptual que permite comparar sociedades completamente dispares y evaluar su impacto sobre el medio ambiente planetario. En una vida básicamente agraria bien organizada y sin monocultivos extensivos, se estima que entre 1 y
El valor didáctico del concepto de huella ecológica reside en que hace evidentes dos realidades ligadas que quedan fuera del alcance de
Desde este punto de vista, no sólo se pone de manifiesto las desigualdades, sino que se pone en cuestión la posibilidad ilimitada de desarrollo de todos los pueblos del planeta a los niveles de los países occidentales y desarrollados.
El calentamiento global es otro motivo de discusión, ya que se enfrenta a grandes intereses económicos y sociales establecidos, siendo cuestionados por los combatientes del status quo actual. No obstante, la ciencia ha sido capaz de demostrar empíricamente una realidad que cuando menos no debemos ignorar y que nos debe invitar a la reflexión ante la coincidencia de los últimos años de desarrollo y de aumento de las emisiones de CO2, y el aumento de la temperatura global.
Otros de los retos a los que se enfrenta la humanidad es a la necesidad de cambiar su principal fuente energética debido al potencial agotamiento de
Como se puede observar en el gráfico anterior la evolución de la demanda del petróleo desde el 2000 hasta el
No obstante, se observa una preocupante situación, en la que el nivel de producción se aumenta para satisfacer la demanda creciente mientas que el grado de descubrimiento de nuevas reservas es decreciente.
De acuerdo con estos datos, si bien puede ser evidente el componente especulativo del precio actual, y la fuerte presión de la demanda de los países emergentes, parece que debajo de este incremento se puede deber a un agotamiento de la capacidad de satisfacer dicha demanda, ya que el petróleo es un recurso caduco.
De este modo, se han publicado numerosos estudios que inciden sobre el tema y que no plantean un escenario nade positivo.
El anterior gráfico ha sido publicado en el boletín de junio por
Hay otros informes y proyecciones que incluso afirman que el pico de producción ya sucedió en el 2006.
De igual modo, se pone de relieve el inminente déficit que se va a producir teniendo en cuenta la evolución del descubrimiento de nuevas reservas y el aumento de
De este modo, es claro el reto energético al que nos enfrentamos, dando por ciertos los datos anteriores, a lo que habrá que sumar la consecuente escasez del gas como energía íntimamente unida a los recursos petrolíferos.
El origen de la energía mundial consumida es la siguiente (AIE 2005):
Se puede observar que el petróleo tiene casi el 40% del peso de producción energética, que sumado al 20% del gas, supone el 60% de la producción energética mundial y el crecimiento de consumo de energía crece a razón de 4,5% anual.
Por lo anteriormente expuesto, la presente crisis quizá está anunciado retos ecológicos de una magnitud global que al menos deben ser objeto de reflexión ya no sobre las limitaciones materiales de nuestro desarrollo, sino de si este desarrollo ha llegado a un grado insostenibles de derroche de recursos, de si este posible exceso de consumo nos ha hecho más felices, mientras hemos ido orillando otro plano de recursos que son ilimitados y que pueden proporcionar felicidad: la cultura, el arte, y la ética; hasta el punto que podemos hablar de que la búsqueda de enriquecimiento material, nos ha empobrecido humanamente.
Y ante esta potencial primacía de lo material por encima de los valores humanos: ética, solidaridad, cultura, nos debemos cuestiona si no hemos cometido un error más grave al abandonar los principios sobre los que han construido las sociedades modernas: libertad, igualdad, fraternidad, y democracia.
Conclusión
"Un panorama tan sombrío para amplías capas
de la población puede sugerir que
pronto viviremos enormes convulsiones sociales"
El País -suplemento Negocios 31-5-2009.-
Ha habido varios elementos fundamentales que han generado la presente crisis:
- Relajamiento de las políticas distributivas:
- Reducción del Estado Asistencial
- Reducción de
la Progresividad Impositiva
- Liberalización de los mercados de capital globalización financiera
- Políticas monetarias equivocadas e ineficaces.
- Políticas Impositivas que gravan más la economía productiva que la especulativa
- Snobismo social, materialismo social competitivo, publicidad, modas, que han incentivado la demanda más allá de las necesidades racionales de consumo, llevando a un consumo irracional en no poco ciudadanos.
- Bajadas de la productividad por agotamiento del ciclo innovador y/o por el aumento de los precios de más materias primas.
La reducción de las políticas distributivas y reequilibradotas de las rentas de los ciudadanos han hecho aumentar las desigualdades sociales reales. En este punto hay que señalar que si bien ha habido un crecimiento innegable del que se han beneficiado todos, hay un grupo de personas que se han beneficiado exponencialmente frente a otras, abriéndose las brechas sociales.
Esta desigualdad ha generado la reducción de la capacidad de consumo relativa de las rentas medias y bajas, y el aumento de la capacidad de ahorro y de inversión de las clases altas.
La liberación de los mercados ha provocado el aumento de las posibilidades de inversión, así como la creación de productos opacos puramente especulativos, que capten inversión en una Economía Financiera de Casino.
Esta circunstancia junto con la promoción impositiva de las inversiones de capital, con tributaciones inferiores a las inversiones productivas o a las rentas del trabajo, han generado la promoción del riesgo especulativo frente al riesgo productivo.
Junto a estos factores se ha instalado socialmente un ambiente competitivo inter-personal, trasladando el modelo económico al ámbito social, de este modo se ha instalado el esnobismo social, el materialismo competitivo inter-personal, con gran incidencia en los modos de actuar de los ciudadanos de la publicidad, y las modas, que ante la situación de pérdida de capacidad de consumo relativa de la mayoría de los ciudadanos ha azuzado sus necesidades de consumo.
Por lo tanto, se ha generado una sociedad dual, una parte con insuficientes rentas para mantener el consumo y ampliarlo a los niveles establecidos socialmente, y por otra parte una capacidad de ahorro y de inversión profundamente beneficiado.
Esta situación ha degenerado en una gran capacidad de ahorro que ha centrado en cuatro vías de inversión:
- En Materias primas
- Inversiones Especulativas
- Inversiones en bienes de 1ª necesidad ciudadana (vivienda)
- Inversiones en Economía Productiva
Las consecuencias de la inversión en los 3 primeros mercados ha generado el aumento de los precios, y la innegable inversión en la economía productiva que ha generado aumento de la innovación y productividad, creación de empleo y riqueza, pero que como consecuencia del relajamiento de los mecanismo distributivos han generado más posibilidades de ahorro y de inversión, que aumento de las posibilidades de consumo relativo de los ciudadanos normales (capacidad de pago real). Este mercado productivo, no obstante, ha estado menos favorecido por sus limitaciones estructurales, por la legislación reguladora, y por el tratamiento impositivo, que la economía especulativa.
No obstante, hay que señalar que el aumento de la productividad derivado en florecimiento y uso de las nuevas tecnologías, generó bajos niveles de inflación en la economía productiva que favoreció el relajamiento de los de Tipos de Interés, favoreciendo el endeudamiento.
Esta alta capacidad de ahorro y de posibilidades de inversión especulativa ha generado innumerables burbujas, en petróleo y alimentos, en los mercados secundarios de valores (Bolsas), en mercados no regulados (OTC) y de derivados financieros, surgimiento de productos estructurados fruto de la titulización ad infinitum opacos, burbujas inmobiliarias.
Todo este aumento de riqueza financiera generó la alta capacidad de apalancamiento, es decir, la capacidad de utilizar estos medios para solicitar y otorgar créditos apalancados, colateralizados, o utilizando estos bienes como garantía de devolución. Este aumento de los precios de estos bienes, y del apalancamiento generó la mayor posibilidad de otorgar créditos lo que hizo a los agentes financieros y bancarios relajaran sus estándares en la Medición del Riesgo Crediticio. Todo ello espoleado por los bajos tipos de interés.
Mientras, las clases medias y bajas, ante las necesidades de crédito crecientes por necesidades de consumo creciente, por ausencia de renta suficiente, y por los cánones sociales imperantes, se deslizaron por la peligrosa senda del sobre-endeudamiento en el marco de un crédito fácil.
Las empresas tampoco desaprovecharon esta facilidad del crédito para endeudarse a fin de aumentar su rentabilidad financiera.
De este modo, se generó un excesivo endeudamiento de empresas, familias, inversores.
Pero el problema fundamental estaba en que ante el relajamiento de la mediación del riesgo, y ante la necesidad de que el sistema llegara a su límite, se acabaron otorgando créditos a personas insolventes, porque que los bienes ofrecidos en garantía tenían precios crecientes y eran suficientes para responder del capital solicitado apenas pasado un pequeño lapso de tiempo, por lo que la capacidad de devolución de los créditos era irrelevante.
Pero el sistema empezó a tocar techo cuando se producen las siguientes circunstancias:
1. Los precios de los bienes de inversión han llegado a su techo, porque son imposibles de comprar por los ciudadanos, por sus posibilidades de consumo real (decrecientes en términos relativos).
2. Porque el volumen de endeudamiento que exigen sea de tal magnitud que supone un grave riesgo financiero, es decir, extenuación financiera.
Una vez que se ha llegado al cénit, y como consecuencia de los riesgos y excesos acumulados a fin de dar salida al exceso de ahorro y de inversión, el sistema se empieza a resquebrajar (las fisuras se hacen grietas) cuando los precios de los bienes ofrecidos en garantía empiezan a bajar (mercado inmobiliario) poniendo de relieve los grandes riesgos asumidos: excesivo apalancamiento; créditos a insolventes; productos estructurados opacos.
La crisis financiera está servida, los bancos no se prestan entre ellos porque desconocen, dado el nivel, la trasparencia y calidad de activos que tienen en sus balances, si el otro va a se capaz de devolver esos préstamos. El crédito interbancario, y el crédito a la ciudadanía se congela, y los balances de los bancos se deterioran ante el aumento de la morosidad y la bajada del precio de sus activos financieros así como que los productos estructurados y opacos que no encuentran ya mercado. De este modo, la bajada de Precios de los Activos Financiero y Reales donde habían invertido los agentes financieros, generan la restricción de la liquidez por bajada de los precios de los bienes sobre los que se construyó el apalacamiento/endeudamiento y por el aumento de la morosidad.
Esto provoca la bancarrota de muchas entidades bancarias que restringe aún más la confianza crediticia retrayendo más el crédito, y provocando nuevas bajadas en el precio de los activos que tienen en el balance el resto de los bancos.
Los altos riesgos asumidos por la economía real por el sobre-endeudamiento, y ante la restricción del crédito bancario degenera en crisis de
Todo ello en el marco de una atisbo de agotamiento del Avance Tecnológico y de la productividad, o dicho de otro modo, el aumento de la productividad derivada de estos avances ha generado ahorros de costes cada vez inferiores, teniendo en cuenta el aumento de los precios de la materias primas y energéticas, que si bien tienen un alto concepto especulativo, también tienen un elemento estructural derivado de la capacidad de consumo y de desarrollo de economías emergentes como China, India, los tigres asiáticos, y los países latinoamericanos.
Mientras las democracias se enfrentan al gran reto de reconquistar la capacidad democrática y soberana para mediante la ley llevar a cabo las políticas que les exigen sus pueblos, el reto es más grande que nunca porque durante 30 años han abandonado sus responsabilidades dando como consecuencia la situación actual. La reconquista no va a ser fácil, las fuerzas del capital internacional superan a los presupuestos que los gobiernos manejan. La estrategia de que cada país lo intente con sus propias fuerzas, está avocada al fracaso. Hoy más que nunca es necesaria la cooperación e integración internacional de los poderes políticos y democráticos.
Las esperanzas de cambio necesario se desvanecen a la velocidad que los gobiernos de cada uno de los países tratan de mantener el status quo actual, dejando a no pocos ciudadanos con el sentimiento de que realmente la democracia ha claudicado ante los altos poderes económicos, y que el sistema democrático, no en vano, probablemente sea un instrumento de control y que otorgue una ilusión soberana a los pueblos para mantener una ilusoria visión de libertad y de justicia, mientras los que gobiernan son otros agentes, opacos, anónimos, y sobre todo no elegidos por la voluntad de los ciudadanos a los que imponen el verdadero poder, poder muy lejano a los principios que dieron lugar al sistema democrático moderno.
Este sentimiento si se generaliza, o si se demuestra que es verdad puede poner en crisis el propio sistema democrático tal y como hoy le conocemos, no en vano, el grado de desafección política es creciente.
Y lo peor, si no se hacen cambios estructurales, quizá no salgamos de la crisis, o quizá la crisis que vivimos en el presente se pueda reproducir en el futuro quizá con mayor virulencia, pudiendo tener una capacidad destructiva, y no sólo en el campo económico, arrolladora.
No es cuestión de hacer catastrofismo, ni de hacer proselitismo de unas ideas, se trata de ver la realidad con toda la crudeza y realismo, y recordar que las lecciones de la historia no se pueden olvidar, por mucho que nos creamos muy distintos y mucho más avanzados que nuestros antecesores, esa soberbia puede ser un error fatal.
Es hora de ser honestos con nosotros mismos y con todos nuestros semejantes presentes y futuros, y de abstraernos de los intereses particulares y de prejuicios que nos pueden cegar, para que el futuro se conquiste con el debate de ideas, y no con una guerra de trincheras para mantener un status quo, que puede no servir, o que sólo lo haga para unos pocos.
Tómese el presente como un documento de debate y reflexión, no como una declaración de guerra.
1 comentario:
Magnífico artículo. Estoy de acuerdo en lo que expone, especialmente en lo que refiere a la perdida de control de los gobiernos debido al poder de los grandes capitales y la globalización, y en lo que refiere a la crisis de recursos como el petróleo.
Gracias.
Publicar un comentario